martes, 21 de junio de 2011

Bajo consumo: una de cal y una de arena



El primero de junio entró en vigencia la Ley Nacional 26.473, que prohíbe la comercialización y la distribución de las lámparas incandescentes para uso residencial en todo el país. Esta normativa representa una gran disminución para el consumo de energía ya que cada lámpara de bajo consumo representa un 80 por ciento de ahorro energético, lo que contribuirá a generar  menos gases de efecto invernadero que afecta el cambio climático.   

Hernán Giardini,  coordinador de la Campaña por el Cambio Climático de Greenpeace celebró esta medida y señaló :“ no sólo es necesario cambiar nuestra matiz energética, que es en un 90% dependiente de los combustibles fósiles, incrementando la generación a partir de fuentes renovables, sino que es imprescindible incorporar políticas de eficiencia energética en todos los sectores. Un primer paso sustancial en esta dirección es el reemplazo masivo de las bombitas, que representan más de un 5% del consumo eléctrico total”.

Sin embargo no todo es color de rosas con la incorporación de las bombitas de bajo consumo porque si bien generan un gran ahorro energético, contaminan. La nueva normativa no contempla qué se hará con los residuos generados por estas lamparitas, que producen basura altamente perjudicial por la dosis de mercurio que contienen. La problemática a la que ahora deben enfrentarse todas las localidades del país es cómo resolver la recolección de residuos peligrosos ya que la mayoría de las provincias no cuenta con un la tecnología adecuada para poder tratar este tipo de material.

 En tal sentido, un informe realizado por el Taller Ecologista y los docentes de la UTN de Rosario destaca: “Tal vez la preocupación mayor sea que el plan de inclusión de las lámparas fluorescentes compactas no se ha tenido en cuenta aún que las mismas constituyen un residuo peligroso. Es indispensable implementar ya un mecanismo que garantice que las lámparas usadas tengan la disposición correcta y para ello hace falta que se involucren a los actores vinculados al tratamiento de residuos”. Es decir, que después de la celebración de la nueva ley, es necesario el tratamiento de una normativa que acompañe la problemática que acompaña la utilización de las lámparas de bajo consumo.

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